Mujeres en el Renacimiento: Damas y Reinas en la Corte
Desearía mostrar al mundo, por cuanto me ha sido concedido en esta profesión musical, el vano error de los hombres, que creyéndose dueños de los grandes dones del intelecto, piensan que éstos no pueden ser comunes a las mujeres.
En la Europa del Renacimiento, y especialmente en Italia, muchas de las cortes se convierten en auténticos centros de cultura musical, en los que las mujeres son organizadoras y protagonistas de los eventos musicales. Así es como nobles y reinas, las intelectuales de los siglos XV y XVI, tras ser instruidas en el arte de cantar y tocar instrumentos, componen y empiezan a publicar sus propias obras. Al mismo tiempo, los conventos y monasterios femeninos continúan siendo centros en los que se mantiene la instrucción musical.
MADDALENA CASULANA
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Maddalena Casulana (Casulae, Siena, ca. 1540-¿? ca. 1590) debió recibir muy joven su primera formación musical, destacando pronto como cantante e intérprete de laúd. Poco después se trasladó a Florencia, donde comenzó su actividad como compositora. Sus primeros cuatro madrigales publicados forman parte del primer libro de Il Desiderio, una antología editada por Girolamo Scotto en Venecia, en 1566. Otro madrigal suyo a cuatro voces, Amorosetto fiori, salió un año después en el tercer libro de Il Desiderio.
En 1568 reeditó estas cinco primeras composiciones junto con otras veintinueve en su primera obra individual: Il primo libro di madrigali a quatro voci, que constituye el primer trabajo musical publicado por una mujer en la historia de la música occidental.
La reputación como compositora que alcanzó Maddalena gracias a sus publicaciones queda confirmada por la circunstancia de que una composición suya a cinco voces, hoy perdida, fue interpretada durante las fiestas por la boda de Guillermo VI de Baviera y Renata de Lorena en Mónaco, en febrero de 1568.
Queda constancia también de su paso, en enero de 1583, por Vicenza, donde participó en una reunión de la Accademia Olimpica, institución formada por humanistas y otras personas destacadas en las artes y las ciencias, cuyo fin era promover la cultura (en especial, la música y el teatro).
La última composición conocida de Maddalena es el madrigal Stavasi il mio bel sol, incluido en Il Gaudio, antología de madrigales a tres voces de varios autores. Se conocen un total de 66 madrigales de Casulana. Sus líneas melódicas son cantábiles y cuidadosamente respetuosas con el texto.
GRACIA BAPTISTA (fl. med. siglo XVI)
Fue una monja española que vivió en la primera mitad del siglo XVI, probablemente en Ávila. De su trabajo sólo se conserva la glosa del himno Conditor alme siderum, composición escrita en tablatura, para órgano a tres voces. Esta pieza forma parte del Libro de Cifra Nueva para tecla, arpa y vihuela, de Luis Venegas de Henestrosa, maestro de capilla de Alcalá de Henares, ciudad en la que se publicó en 1557. El resto de la colección corresponde a obras de grandes maestros del Renacimiento ibérico, así como a varias piezas anónimas. Se trata de la primera obra femenina datada en la península.
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ANNA BOLENA (Kent, Inglaterra, 1507 - Londres, mayo de 1536)
Tenía una enorme facilidad para tocar instrumentos como el laúd, el virginal o el arpa, así como para bailar y declamar, pero no sólo se dedicó a la interpretación, sino también a la composición. Entre la música atribuida a esta reina inglesa destacan varias arias para voz y laúd. Su canción O deathe, rock me asleepy, parece ser que escrita mientras esperaba su ejecución, habla de su inminente muerte, mientras la parte del laúd imita el sonido de las campanas llamando al patíbulo. También se le atribuyen varias canciones escritas en estilo “noble” que con el tiempo han pasado a formar parte de la tradición folklórica de Inglaterra.
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EL CONCERTO DI DONNE
Con el nombre de Concerto di Donne (Concierto de las Damas) se denominó a un grupo femenino de cantantes e instrumentistas profesionales de la corte de Ferrara que, durante el Renacimiento tardío, alcanzó una enorme fama, tanto por su nivel artístico como por su virtuosismo técnico. Giacomo Vincenti, uno de los más prestigiosos editores musicales de la época, calificó a estas mujeres de “jóvenes virtuosas”, opinión compartida por los círculos musicales cortesanos de la época.
El conjunto fue fundado en 1580 por el duque Alfonso II d´Este, gran mecenas, protector de las artes y las ciencias, y se mantuvo activo hasta que la corte se disolvió en 1598, aunque sus orígenes se encuentran ya a mediados de la década de 1570. En esos primeros años era un grupo amateur de cortesanos y cortesanas el que interpretaba música en conciertos de carácter privado para entretenimiento del duque de Ferrara y sus amistades. Se trataba de madrigales (+INFO) y otras diversas piezas compuestas por músicos de la corte.
El grupo evolucionó hacia un trío exclusivamente femenino de músicas profesionales, el Concerto di Donne, que interpretaba conciertos formales para las y los miembros del círculo privado de la corte y las personas invitadas importantes. En ocasiones el duque viajó también con ellas por otras cortes italianas. No tardaron en hacerse famosas, hablándose en toda Italia de las “Damas de Ferrara”.
En un principio estas mujeres fueron inscritas en los registros de la corte como damas de compañía, concretamente, como “damas de compañía que cantan”, no como músicas, aunque pronto pasaron a figurar como “mujeres músicas con deberes especiales”, lo cual indica ya su profesionalización.
El ambiente musical de Ferrara en estos años era, probablemente, el más moderno e innovador de Italia, y el modelo de los conjuntos femeninos comenzó a extenderse, en especial a las prestigiosas cortes de los Gonzaga, en Mantua, y los Medici y los Orsini, en Florencia. En Mantua, su conjunto de Damas empezó a competir con las de Ferrara. No cabe ninguna duda de que el Concerto di Donne revolucionó el papel de las mujeres en la música profesional.
Los conciertos de las Damas de Ferrara, que se prolongaban varias horas durante la noche, consistían en la interpretación de madrigales de la época, adaptados a las voces femeninas en forma de solos, dúos y tríos, acompañados por instrumentos que hacían las voces graves.
En definitiva, la creación del Concerto di Donne fue uno de los hechos más importantes y, sin duda, el más revolucionario de la música italiana de finales del s. XVI.
Las músicas más destacadas del Concerto di Donne fueron: Tarquinia Molza (1542-1617), Leonora Sanvitale (1558-1582), Laura Peverara (c.1550-1601), Livia d´Arco (c.1565-1611), Anna Guarini (1563-1598) y Lucrezia Bendidio (1547-15??).
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