No entiendo por qué la gente se asusta de las nuevas ideas. A mí me asustan las viejas.
John Cage
Una cámara anecoica o anecoide es una sala especialmente diseñada para absorber el sonido que incide sobre las paredes, el suelo y el techo de la misma cámara, anulando los efectos de eco y reverberación del sonido. La efectividad de una cámara anecoica se mide en dB de rechazo (la relación entre el sonido directo y el sonido reflejado dentro del recinto).
El sonido es en realidad una onda que transmite energía mecánica a través de un medio material como un gas, un líquido o un objeto sólido. De este modo, cuando una onda de sonido incide sobre una superficie se da un efecto de reflexión. En la naturaleza se da este fenómeno en todo entorno, salvo en el vacío, donde el sonido no se puede transmitir. En cualquier medio por el que el sonido se propague, se dan la reflexión y la absorción y como fruto de ellas se dan los efectos de reverberación y eco.
Pero, ¿existe el silencio absoluto? En 1951, John Cage visitó la cámara anecoica de la Harvard University. Cage entró en la cámara esperando escuchar el silencio, pero escuchó dos sonidos, uno alto y uno bajo. Cuando los describió al ingeniero responsable, éste le explicó que el alto era producido por el sistema nervioso y el bajo por la circulación de la sangre (en realidad el sistema nervioso no hace ruido alguno; lo que escuchó era el típico zumbido agudo que escuchamos en ausencia de sonido llamado tinnitus). De cualquier forma, Cage había ido a un lugar donde esperaba escuchar el silencio total y no lo consiguió. Se dio cuenta que el silencio no existe: “Hasta que yo muera habrá sonidos. Y ellos seguirán después de mi muerte. Uno no tiene que temer sobre el futuro de la música”
Aun así, y partiendo de la inexistencia del silencio absoluto, si tuviéramos que elegir el lugar más silencioso del mundo, éste sería la cámara anecoica de los laboratorios Orfield Labs en Minnesota, Estados Unidos. Para construirla realizaron seis habitaciones, una dentro de la otra, y sin contacto entre ellas. Las paredes están formadas por paneles sándwich de acero absorbente. Y las seis cámaras de acero están dentro en un espacio más amplio, recubierto por un muro de 30 cm de espesor de hormigón. La habitación más pequeña está llena con cuñas de 1 metro de espesor de fibra de vidrio. Allí dentro no existe la reverberación y todos los sonidos que salen de una fuente sonora desaparecen.
¿Cómo créeis que reaccionaríamos en una situación de silencio total? Pues bien, cuando estamos en un lugar completamente silencioso, se pierde el sentido de espacio y del entorno. La ausencia de sonido reflejado y reverberación hace que nuestra percepción auditiva se crea que estamos en campo abierto, pero la percepción visual nos recuerda que estamos encerrados, un conflicto entre sentidos que puede causar alteraciones en la percepción y molestias en la vista. Es más, según leí en este artículo, nadie puede permanecer en esa cámara más de 45 minutos seguidos. Curioso ¿no?