El mes pasado se cumplieron 20 años de un álbum mítico. El 24 de septiembre de 1991 salió a la luz
‘Nevermind’, doce canciones en 42 minutos y 38 segundos del grunge más auténtico, de una música furiosa y melódica, de estribillos pegadizos y ruido distorsionado que confirmaron la grandeza de una banda,
Nirvana, genial y maldita.
La prensa especializada se rindió ante aquellos tres chavales desaliñados (Kurt Cobain, guitarrista y vocalista, Dave Grohl, a la batería, y Krist Novoselic, al bajo) que hacían ‘grunge’, un sonido que bebía de la contundencia de Melvins y Black Sabbath, la electricidad de Sonic Youth y las melodías de Pixies. Todos les señalaron con admiración y respeto: “Nirvana ha grabado un LP que no es sólo mejor que cualquier cosa que hubiera hecho antes, sino que se mantendrá como un nuevo punto de referencia para la futura generación post-hardcore” (NME, 21 de septiembre de 1991); “‘Nevermind’ está por encima de cualquier intento de categorización. El grupo pasa de las típicas convenciones y fórmulas del rock” (New York Times, 27 de septiembre de 1991); “es la última andanada ‘underground’ para comprobar la tolerancia de la escena ‘mainstream’ con la música alternativa” (Rolling Stone, 28 de noviembre de 1991), “juro que estas canciones seguirán zumbando en tu cabeza el resto de tu vida. Estoy aturdido con este álbum y seguro que también lo estarás tú” (Spin, diciembre de 1991).
Veinte años después todavía es difícil precisar la influencia de canciones como ‘Smells like teen spirit’, ‘Lithium’, ‘Territorial pissings’, ‘In Bloom’, ‘Polly’ y ‘Come as you are’, por citar algunas. Lo que es evidente es que su música nos sigue levantando, sin perder una gota de su revelador espíritu y energía.
Por cierto, el bebé de una de las carátulas más famosas de la música, Spencer Elden, ha conmemorado el aniversario posando en el mismo lugar que lo hizo para la portada de Nevermind… ¡Os dejo la foto! ;-)