Música y videojuegos: los 80
El valor artístico de Billie Holiday reside en su capacidad interpretativa, en su dominio del swing y en la adaptación de sus cualidades vocales al contenido de la canción. Billie Holiday transmite a sus canciones una intensidad inigualable que, en muchos casos, es fruto de una traslación de sus vivencias personales a las letras cantadas. Esta personalización de lo cantado hace que su estilo esté muy vinculado a intérpretes clásicos de blues como Bessie Smith o Ma Rainey; también está clara su deuda, confirmada por ella misma, con Louis Armstrong y, desde luego, con quien sería su principal acompañante: el saxofonista tenor y clarinetista Lester Young. El tema “Strange Fruit” fue considerado como la mejor canción del Siglo XX, por la revista “Time” en 1999.
Su muerte pareció una cruel burla del destino; moribunda e inconsciente en la cama del hospital, la policía intentó esposarla acusada de consumir heroína mientras agonizaba.
Ella
Estaba dotada de una voz con un rango vocal de tres octavas, destacando su clara y precisa vocalización y su capacidad de improvisación, sobre todo en el scat (un tipo de improvisación vocal, generalmente con palabras y sílabas sin sentido –skoobie-doobie, bee-bop-a-lula, dabarap -pa ra badab, boop-boop-a-doop, sorngo-n-gon etc.-, convirtiendo la voz en un instrumento), técnica que aprendió junto a Louis Armstrong y desarrolló en los años cuarenta, anunciando el surgimiento del bop.
Cantante insuperable de bigband, se encuentra igualmente a sus anchas en un contexto musical más reducido, en directo o en pequeños clubes, en trío con el clásico formato de piano, contrabajo y batería y ser además la mejor interprete de standars, baladas, blues, canciones infantiles o incluso de bossa-nova.
Ella Fitzgerald, falleció el 15 de junio de 1996. Su muerte, a pesar de ser esperada tras una larga enfermedad (murió ciega por culpa de la diabetes), dejó al mundo del jazz paralizado y conmovido. Con su desaparición física, se iba una cantante de jazz inigualable. Nunca nadie superó a Ella en un escenario, ni habrá nunca una cantante de jazz que cante el “scat” como ella. Su música, su voz aniñada, su vitalidad, y su capacidad para cantar swing, permanece eternamente entre nosotros.
Si no estás dispuesto a equivocarte, nunca llegarás a nada original.
Ken Robinson
En cuanto a su producción, ha trabajado en nuestro país con los compositores más prestigiosos y vanguardistas, destacando sus colaboraciones con Julio Medem, Pedro Almodovar e Icíar Bollaín.
Gran parte de la magia que destilan las películas de Julio Medem se debe a la música de Alberto Iglesias, compositor de las bandas sonoras de todos sus largometrajes y de algunos de sus cortometrajes. Es indudable el beneficio que obtienen las películas de Medem con la música de este compositor. Y no sólo por su belleza, sentimiento y originalidad. Alberto convierte las notas de sus partituras en otro personaje de la película, omnipresente, o incluso en un narrador que nos transmite junto a la imagen la vida que encierra la pantalla. Alberto Iglesias es el complemento directo de Julio Medem, haciendo más accesibles sus películas y convirtiéndose en el mejor portavoz de la introversión de los personajes, expresando lo que esconden sus miradas y silencios. Han trabajado juntos en Vacas, La ardilla roja, Los amantes del círculo polar, Lucía y el sexo, etc.
En cuanto a sus trabajos con Almodóvar, podríamos decir que su sonoridad está estrechamente ligada al lenguaje del director manchego. Suyas son las partituras de La flor de mi secreto, Carne trémula, Todo sobre mi madre, Hable con ella, La mala educación, Volver o Los abrazos rotos.
Por último, con Icíar Bollaín ha trabajado en Te doy mis ojos o más recientemente en También la lluvia, que le ha valido su último Goya.
Fuera de España hay que destacar que fue el primer compositor español nominado al Óscar por su trabajo en la película El jardinero fiel (The Constant Gardener) en 2005, repitiendo en 2007 por su trabajo en la película Cometas en el cielo (The Kite Runner). En ésta última Iglesias indaga en el uso de instrumentos con un marcado acento étnico como el duduk, el clarinete turco, la lira cretense, el oud o el santur. Las voces juegan también un papel importante en ese sentido. Sin duda, una de sus composiciones más emotivas…
En 2º de ESO estamos conociendo un poco más la música de Oceanía y pensé que era interesante compartir esta información con todos los niveles. Pues bien, dentro de este basto territorio distinguimos fundamentalmente tres
culturas:
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