Música libre

Hoy quiero compartir con vosotr@s un proyecto muy interesante relacionado con la música “libre” (con licencia Creative Commons). En la entrada sobre The Freesound Project ya os hablé de estas licencias:

[…] ¿qué es una licencia Creative Commons? Se trata de licencias copyleft, de libre distribución y alejadas de la rigidez y las imposiciones del copyright, una clara alternativa al control de los derechos de autor que ejercen entidades de gestión como la SGAE. Creative Commons permite elegir el tipo de licencia bajo la que quieres que esté tu obra y, por tanto, permite establecer algunas restricciones (por ejemplo, que tu creación se pueda distribuir libremente pero no se pueda ganar dinero con ella o con cualquier derivado o variación de la misma).

Pues bien, en Dig Mixter puedes encontrar todo tipo de música clasificada por secciones: películas, podcast, juegos, cafeterías, etc. Podéis descargarla y usarla libremente (citando al autor). Ya véis, “otra forma de entender la creación es posible”.

¡Novedades en Spotify!

   
     Sin invitación ni pagar un solo euro. Lo que muchos deseaban ya es una realidad. Los internautas pueden escuchar música a través de Spotify durante 20 horas al mes sin desembolsar ni un euro. A cambio, publicidad. El nuevo servicio se llama Spotify Open. La compañía sostienen que 20 horas de música equivalen a escuchar 25 discos o 300 canciones al mes. Hasta ahora, sólo podían acceder a esta aplicación que ofrece música en streaming aquellos afortunados que habían recibido una invitación o los que pagaran una suscripción mensual o diaria.
    Otra novedad es Spotify Unlimited, una suscripción de pago que permite escuchar música ilimitada sin anuncios, crear listas de reproducción, construir una fonoteca y compartir canciones con amigos por cinco euros al mes. La diferencia con la suscripción Premium radica en que esta última ofrece una calidad mejorada de sonido y en que se puede acceder a Spotify desde el extranjero, desde aparatos móviles y también sin acceso a Internet. El uso de la aplicación mediante invitación da acceso a música ilimitada, pero con anuncios. La compañía sueca también ha anunciado hoy que comienza a ofrecer sus servicios en Holanda, como ya hace en España, Reino Unido, Finlandia, Francia, Suecia y Noruega.

DIARIO EL PAÍS, 18/05/2010


Bailando a Bach

¿Se puede bailar la música de Bach sobre un teclado gigante? Comprúebalo tú mismo…

A Post without Image

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Y por fin, ¡LOS CONCIERTOS DEL CORO!

¡Estáis tod@s invitad@s! La entrada es gratuita en ambos conciertos. ¡Gracias por vuestro apoyo!

Pedro y el Lobo

La obra Pedro y el lobo es una composición de uno de los músicos más importantes del siglo XX: el ruso Sergéi Prokófiev (1891-1953). Fue encargada a su autor en el año 1936 por la Comisaría para la Educación Infantil de la Unión Soviética con el fin de enseñar a los niños el timbre de los distintos instrumentos de la orquesta. Así, cada personaje del cuento tiene su propia sonoridad: los instrumentos de cuerda ponen la voz a Pedro, la flauta suena cuando aparece el pájaro, el fagot representa al abuelo, el oboe destaca acompañando al pato, las trompas surgen con el lobo, el clarinete anuncia la presencia del gato…

La versión que vas a ver ahora es obra de la directora inglesa Suzie Templeton. Se trata de una animación realizada con la técnica del stop-motion y resultó ganadora en el año 2008 del Oscar al Mejor Cortometraje de Animación. El argumento se ajusta bastante al cuento original; cuenta la conocida historia de Pedro, un niño que vive con su abuelo y su gato en un pueblo ruso. Desobedece a su abuelo y se escapa al bosque, donde hace amistad con un pato y un pájaro. Pero aparece el lobo y…

En este enlace tenéis una guía muy interesante realizada por el Cabildo de Gran Canaria.

Música y publicidad

El 98% de los anuncios contienen música y los publicistas saben que una buena relación entre el producto, la imagen y la música es la clave del éxito en un spot publicitario. El último anuncio de la marca de coches Skoda me ha sorprendido mucho. Petr Spatina es un especialista checo en hacer música con copas llenas de agua y, durante la mayor parte del anuncio, nos deleita con una música maravillosa. Para rodarlo se usaron 597 copas, cada una con una cantidad distinta de agua. Creativo y bello.



Don´t stop believing!

A este chico ya lo conocemos en Claves de Música (no hace mucho colgamos una magnífica versión de varias canciones de Michael Jackson). Hoy os dejo una versión de Don´t stop believing en la que, aunque tiene acompañamiento instrumental, las voces hacen la mayor parte del trabajo. Seguimos explorando las posibilidades infinitas de la voz…

 

¡Eva, gracias por enviarme la referencia!

¡Seguimos con la serie A CAPELLA!

Continuamos la serie de posts dedicados a la música a capella con un magnífico vídeo del grupo francés Le Cris de Paris interpretando “Hung up” de Madonna. ¡A disfrutar! :-)

Experimento social

Hoy me encontré en un blog esta interesante historia… Un hombre, en una estación de metro en Washington, comenzó a tocar el violín, en una fría mañana. Durante los siguientes 45 minutos, interpretó seis obras de Bach. En ese mismo tiempo se calcula que pasaron por esa estación algo más de mil personas, casi todas camino de sus trabajos.

Transcurrieron tres minutos hasta que alguien se detuvo ante el músico. Un hombre de mediana edad alteró por un segundo su paso y advirtió que había una persona tocando. Un minuto más tarde, el violinista recibió su primera donación: una mujer arrojó un dólar en la lata y continuó su marcha. Unos minutos más tarde, alguien se apoyó contra la pared a escuchar, pero enseguida miró su reloj y retomó su camino.Quien más atención prestó fue un niño de 3 años. Su madre le tiraba del brazo, apurada, pero el niño se plantó ante el músico. Cuando su madre logró arrancarlo del lugar, el niño continuó volviendo la cabeza para mirar al artista. Esto se repitió con otros niños. Todos los padres, sin excepción, les forzaron a seguir la marcha.En los tres cuartos de hora que el músico tocó, sólo siete personas se detuvieron y otras veinte le dieron dinero, sin interrumpir su camino. El violinista recaudó 32 dólares. Cuando terminó de tocar y se hizo el silencio, nadie pareció advertirlo. No hubo aplausos ni reconocimientos.Nadie lo sabía, pero ese violinista era Joshua Bell, uno de los mejores del mundo, tocando las obras más complejas que se escribieron alguna vez, en un violín valorado en 3.5 millones de dólares. Dos días antes de su actuación en el metro, Bell había colmado un teatro en Boston, con localidades que promediaban los 100 dólares.Ésta es una historia real. La actuación de Joshua Bell de incógnito en el metro fue organizada por el diario The Washington Post como parte de un experimento social sobre la percepción, el gusto y las prioridades de las personas.
La consigna era: en un ambiente banal y a una hora inconveniente, ¿percibimos la belleza? ¿Nos detenemos a apreciarla?¿Reconocemos el talento en un contexto inesperado?
Si no tenemos un instante para detenernos a escuchar a uno de los mejores músicos interpretar la mejor música que se ha escrito, ¿qué otras cosas nos estaremos perdiendo?